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25.550




Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría. (Salmos 90:12)


Una maestra de secundaria de Los Ángeles, en Estados Unidos, tenía una manera muy singular de estimular a sus estudiantes a pensar. De vez en cuando escribía en la pizarra breves mensajes que no estaban relacionados con lo que estudiaban en ese momento.


Una mañana, los estudiantes se encontraron con el número 25.550 escrito en el pizarrón. Uno de los alumnos levantó la mano y preguntó qué era ese número tan particular. La profesora explicó que el número 25.550 era el número de días que hay en la vida de una persona que vive 70 años. La maestra estaba tratando de hacer hincapié en la brevedad de la vida y el valor que tiene cada día.


Recuerdo que cuando era niño y pensaba en el futuro, el tiempo parecía estar muy distante porque el tiempo pasaba muy lentamente. Era difícil imaginar lo que decían a menudo las personas mayores, diciendo que el tiempo se les había pasado tan rápido, pues no sabían adónde se les había ido el tiempo. Hoy en día el tiempo dura cada vez menos, los días se pasan volando y los días se han ido acortando. Esto tiene que ver con lo que el Señor dijo: «Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados» (Mateo 24:22).


La pregunta es: ¿Estamos aprovechando el tiempo sabiamente? Porque en la carta de Santiago 4:14, dice que la vida: «es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece». Y también recordar lo que nos dice el apóstol Pablo: «aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos» (Efesios 5:16). Por eso debemos orar a Dios, pidiendo como lo hacía el salmista en el versículo del encabezado:


Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría.


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