Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros. (1 Pedro 1:3–4)
Cuando uno estudia un idioma diferente a su lengua materna, aprende que existen palabras, expresiones y frases que no tienen una traducción directa, un ejemplo de esto es la expresión que está como título del devocional de hoy. Y según el diccionario Merriam-Webster, “be invested” significa: «haber puesto mucho tiempo y esfuerzo a algo, y preocuparse mucho por ello». Esta expresión me gusta mucho, porque me hace pensar en que como creyentes debemos poner mucho de nuestro tiempo y esfuerzo en las cosas de Dios.
Hoy en día, existen muchas aplicaciones y sitios web que nos ayudan a invertir nuestro dinero para generar ganancias que podamos disfrutar a futuro, incluso hay un montón de canales de YouTube que enseñan acerca de estas cosas. Y relacionando esto con la expresión del título del devocional, el verbo “invest”, significa invertir, en el sentido monetario, es decir, buscando obtener ganancias con el dinero que se invierte en algún tipo de transacción o negocio. Y esto me hace pensar en lo que dijo el Señor:
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. (Mateo 6:19–20)
Todo esto hace que me pregunte: ¿Qué tan comprometido estoy con Cristo? ¿Cuánto tiempo y esfuerzo estoy poniendo en la carrera espiritual que tengo por delante ¿Qué tanto estoy invirtiendo en hacer tesoros en los cielos? Me gusta pensar en estas cosas, porque me ayudan a estar concentrado en lo verdaderamente importante. Y usted, hermano(a), ¿se preocupa de lo eterno? Esto mismo es lo que le decía el apóstol Pablo a los colosenses:
Poned la mira en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Porque habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. (Colosenses 3:2–3)
Dios nos llama a vivir con miras a lo eterno, porque todo esto que vemos un día será destruido por fuego (2 Pedro 3:7, 10), y es mejor “be invested” en lo eterno y no en lo terrenal y pasajero.
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