Y si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; si a los dioses a quienes sirvieron vuestros padres, cuando estuvieron al otro lado del río, o a los dioses de los amorreos en cuya tierra habitáis; pero yo y mi casa serviremos a Jehová. (Josué 24:15)
La vida de Josué es un ejemplo brillante de fidelidad y dedicación a Dios. Desde su juventud, cuando sirvió como ayudante de Moisés, hasta su ancianidad, Josué se mantuvo firme en su fe y obediencia a Dios. Fue un hombre que no solo escuchó las palabras de Dios, sino que también actuó sobre ellas, liderando al pueblo de Israel en la conquista de la tierra prometida.
En este pasaje, vemos a Josué en sus últimos días, reuniendo al pueblo de Israel para recordarle la fidelidad de Dios y para exhortarles a mantenerse fieles en su servicio a Jehová. A pesar de que muchos años habían pasado desde las grandes victorias y milagros que presenció, Josué no perdió de vista quién era su Señor. Su declaración: «Yo y mi casa serviremos a Jehová», no es solo una frase, sino una decisión firme, nacida de una vida de experiencia y devoción.
Es fácil comenzar bien, llenos de pasión y fervor. Sin embargo, la verdadera prueba de nuestra fe es si podemos mantenernos fieles hasta el final, como lo hizo Josué. La fidelidad no se mide solo por momentos de grandes triunfos espirituales, sino también en las decisiones diarias, en los momentos de prueba y en los tiempos de paz.
La fidelidad de Josué es un recordatorio para todos nosotros. En un mundo lleno de distracciones y alternativas, la tentación de apartarnos de los caminos de Dios puede ser fuerte. Pero como Josué, estamos llamados a mantenernos firmes, recordando las bendiciones, la protección y la guía que hemos recibido de nuestro Dios a lo largo de los años.
Cada uno de nosotros podría preguntarse: ¿Estoy viviendo con la misma fidelidad y compromiso que Josué? Es bueno hacernos este tipo de pregunta, porque bien dice su Palabra: «Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos» (2 Corintios 13:5). Pidamos a Dios que nos ayude a ser fieles a nuestro Dios, tal como lo fue Josué.
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