Cuando no perdonamos a alguien, retrocedemos en vez de avanzar y nos quedamos estancados en el pasado. Dice Dios:
No os acordéis de las cosas pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. (Isaías 43.18)
Dios, no es un Dios que trabaja con el pasado, sino que trabaja con el futuro. Sí, porque Él trabaja con la fe. ¿Qué dice la Biblia acerca de la fe? Que es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11.1). Esto quiere decir que lo que se espera está adelante y no atrás.
Todas las cosas pasadas y que han sido malas, le juzgará Dios y les dará el pago que se merecen; porque bien dice su Palabra que todo lo que sembramos eso cosechamos (Gálatas 6.7). Por consiguiente, aquel que sembró bienes, recibirá honra de parte de Dios.
Cabe mencionar que mucha gente se queja que acá no se hace justicia a sus peticiones por lo que terminan almacenando odios, rencores y venganzas. Pero, lo que no saben estas personas es que Dios les hará justicia. Pues está escrito:
Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor. (Romanos 12.19)
Por lo tanto, nadie que le haga daño a su prójimo quedará impune delante de Dios, tal como menciona el versículo de arriba.
Recordemos que un día no muy lejano vendrá el Señor Jesús por segunda vez en las nubes y todo ojo le verá (Apocalipsis 1:7). Y esta vez no vendrá como un salvador manso, sino como el juez de toda la tierra. Bien dijo el Señor: Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el juicio dio al Hijo. (Juan 5.22). Y también se nos dice: de manera que cada uno de nosotros dará cuenta a Dios de sí. (Romanos 14:12).
Entonces, ¿por qué lo anterior es importante? Porque las personas que quedan atrapadas en el pasado, masticando su odio y que jamás pueden avanzar, porque viven trayendo su pasado al presente no han perdonado y la Palabra de Dios dice: Porque si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos os perdonará vuestras ofensas. (Marcos 11.26). Así que, arreglemos lo más pronto posible las cosas con Dios y olvidemos y perdonemos.
El Señor Jesús, le dijo al apóstol Pedro que tenía que perdonar hasta setenta veces siete a quien lo ofendiera. Incluso en un mismo día si es que nos ofenden debemos perdonar:
Mirad por vosotros mismos. Si tu hermano pecare contra ti, repréndele; y si se arrepintiere, perdónale. Y si siete veces al día pecare contra ti, y siete veces al día volviere a ti, diciendo: Me arrepiento; perdónale. (Lucas 17.3–4)
Quizás alguno pensará ¿no será mucho lo que nos pide Dios? Pero yo le pregunto ¿cuánto es lo que nos perdona Dios a diario? ¿Acaso no pecamos cientos de veces? Y lo más importante es esto:
soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. (Colosenses 3.13)
Dios no solo nos da el ejemplo, sino que nos manda a perdonar como nos perdonó el Señor.¿Qué hará entonces?
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