Versión en video: https://youtu.be/WrzRe38yVlg
El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia. (Proverbios 9:10)
En nuestra búsqueda por entender el propósito de Dios y las decisiones correctas, este versículo nos recuerda que la verdadera sabiduría no comienza con la educación, la experiencia o la inteligencia humana, sino con una reverencia genuina hacia Dios. El temor de Dios no es un miedo paralizante, sino un profundo respeto, amor y reconocimiento de su soberanía. Es un corazón que reconoce su santidad y se somete humildemente a su guía.
La sociedad muchas veces define la sabiduría como la habilidad de resolver problemas, tomar decisiones acertadas o acumular conocimiento. Pero en la Palabra de Dios, la sabiduría es mucho más que eso. Es una conexión íntima con el Señor, una dependencia completa de Él y de su verdad. Este temor reverente nos lleva a obedecerle, a caminar en su voluntad y a evitar aquello que nos aleja de Dios.
Por otro lado, el conocimiento del Santísimo no se trata solo de saber acerca de Dios, sino de conocerlo personalmente, como un Padre, el redentor de nuestras vidas y un amigo. Este conocimiento nos transforma desde adentro, y va moldeando nuestra forma de pensar, actuar y vivir. Cuanto más conocemos a Dios, más claros se vuelven nuestros pasos, porque su luz alumbra nuestro camino.
El temor de Dios y el conocimiento del Santísimo no son metas inalcanzables, sino invitaciones diarias para vivir en una relación íntima con aquel que nos creó. Dediquemos tiempo hoy para meditar en su grandeza, orar con humildad y escuchar su voz.
Pidamos a Dios que nos ayude a vivir con un temor reverente, entendiendo que en su presencia encontramos el principio de toda sabiduría. Digámosle: Moldéame para conocerte más profundamente y para caminar en tu verdad. Que mi vida sea un reflejo de tu carácter y una luz para aquellos que me rodean.
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