Jehová cumplirá su propósito en mí; tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; no desampares la obra de tus manos. (Salmos 138:8)
Todo ser humano se ha preguntado: ¿cuál es mi propósito en la vida? Esta pregunta se la hacen también aquellos que son creyentes en Cristo. Se preguntan cuál es su propósito como creyentes, o cuál es su función dentro del cuerpo de Cristo. Sin embargo, todo aquel que ha nacido de nuevo tiene tres propósitos que son transversales. Basados en los siguientes versículos, los podemos identificar:
El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia, plantío de Jehová, para gloria suya. (Isaías 61:1 y 3)
Llevar las buenas nuevas: «me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos». Todo creyente tiene como mandamiento principal de su vida predicar el evangelio a toda criatura (Marcos 16:15), compartir su fe, para que otros también puedan ir a Cristo y ser limpiados de sus pecados, y libertados de la condenación eterna del pecado.
Fructificar: «serán llamados árboles de justicia». Cada hijo de Dios tiene la obligación de dar fruto, pues bien dice su Palabra: «Así también vosotros, hermanos míos, habéis muerto a la ley mediante el cuerpo de Cristo, para que seáis de otro, del que resucitó de los muertos, a fin de que llevemos fruto para Dios» (Romanos 7:4). Y Dios desea nuestros frutos.
Glorificarlo: «plantío de Jehová, para gloria suya». Todo lo creado fue hecho para darle gloria a Dios, y los seres humanos no somos la excepción, puesto que nos dice su Palabra: «Si, pues, coméis, o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios» (1 Corintios 10:31). Además, nos pasaremos toda la eternidad glorificando a Dios por lo que hizo por nosotros.
Entonces, hermanos, ¿estamos cumpliendo con estos tres propósitos?
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