En el desierto solo se vive con lo esencial, no hay lugar para lo superfluo. es en el desierto también donde la verdad del misterio de Dios es mejor escuchada que en los Mall o centros comerciales de la fe.
Casi siempre el desierto acerca más a Dios a las personas, pues en medio de la agitación, el ruido, la información y difusión contante de mensajes ¿quién escuchará la voz de Dios? ¿quién nos hablara de lo esencial?
Ama el desierto, muere un poco y deja que hable Jesús el maestro, abraza el desierto.
Hermano Cristian Vidal
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