La frase “ex ecclesiam nulla salus”, fue acuñada por Cipriano de Cartago y es utilizada hasta el día de hoy por la burocracia del obispado de Roma para justificar que ellos son “LA” iglesia y fuera de ellos no existe salvación para el alma.
Bajo esta lógica, no se podría ser cristiano si es que no se le pide permiso o no se está en comunión con Roma o a la iglesia ortodoxa (?). ¿En qué están pensando? Y peor aún, ¿quiénes se creen ellos para decir tal cosa? ¿Acaso son ellos “la oficina burocrática del cielo”, la cual certifica quien puede llegar a Dios a través de Cristo?
A decir verdad, esta frase, me llama poderosamente la atención, pues al ver como denominaciones reformadas y tantas otras pentecostales, declaran que “no se puede ser reformado o pentecostal si no perteneces a tal o cual asociación”, arrojándose así el poder, la autoridad y la representatividad de casi que determinar la condición de salvado de una persona; imitando el modus operandi de la iglesia romana.
Y yo que pensaba que este sectarismo había sido superado con la reforma a finales de la edad media; sin embargo, al parecer, este es un virus multirresistente, inherente a las iglesias históricas y “contagiado” a muchas iglesias pentecostales.
Hermano Cristian Vidal.
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