top of page

Ojos limpios para ver con amor

  • hace 1 día
  • 2 Min. de lectura


Versión en video: https://youtu.be/SuRkfBJ1u3Y


No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. ¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo? ¿O cómo dirás a tu hermano: Déjame sacar la paja de tu ojo, y he aquí la viga en el tuyo? ¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás bien para sacar la paja del ojo de tu hermano. No deis lo santo a los perros, ni echéis vuestras perlas delante de los cerdos. (Mateo 7:1–6)


Qué fácil es mirar a los demás con ojos críticos llenos de juicio. A menudo notamos las errores, sus debilidades, sus faltas con el fin de juzgarlos, pero sin darnos cuenta de que también nosotros tropezamos, fallamos y necesitamos gracia. El Señor Jesús no nos prohíbe discernir o corregir, sino que nos llama a mirar primero hacia adentro. Nos llama a humildad. Nos recuerda que no somos jueces, sino hermanos (Santiago 4:11–12).


El Señor nos advierte diciendo: antes de hablar de la “paja” ajena, necesitamos enfrentarnos con nuestra propia “viga”, es decir, esos pecados ocultos, esas actitudes que justificamos, esa falta de compasión que muchas veces ignoramos, etc. Solo cuando somos tratados por Dios en lo profundo, podemos ayudar a otros con mansedumbre, manos limpias y corazón compasivo.


La última parte del pasaje parece fuerte, pero es sabia. Jesucristo nos advierte que no toda persona está lista para recibir consejo o corrección espiritual. No se trata de despreciar, sino de discernir. Hay momentos en que lo santo debe guardarse, y lo valioso no debe exponerse imprudentemente. La sabiduría del Espíritu Santo nos guía a cuándo hablar, cuándo callar y cuándo orar en lugar de intervenir.


Entonces, hermanos, ¿estamos juzgando a alguien con una medida que no usamos con nosotros mismos? Pidamos que el Señor nos libre de ponernos en el lugar de jueces, y que la falta la corrijamos con amor y mansedumbre (Gálatas 6:1).


Comments


bottom of page