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Una misericordia que clama antes del juicio

  • 8 abr
  • 1 Min. de lectura


Versión en video: https://youtu.be/RfhImbPCtQs


Y Jehová el Dios de sus padres envió constantemente palabra a ellos por medio de sus mensajeros, porque él tenía misericordia de su pueblo, y de su habitación. (2 Crónicas 36:15)


Este versículo es profundamente conmovedor. Nos muestra el corazón paciente y lleno de gracia de Dios. A pesar de la continua rebelión del pueblo de Judá, Dios no se rindió fácilmente con ellos. Una y otra vez, envió a sus profetas, sus mensajeros, con una sola intención: llamar a su pueblo al arrepentimiento. No lo hacía por obligación, sino por misericordia. No quería destruirlos, sino restaurarlos.


Dios no es indiferente al pecado, pero tampoco se complace en el juicio. Su deseo es redimir, sanar, restaurar. A lo largo de la historia bíblica, vemos este patrón: advertencias antes de juicios, paciencia antes de corrección, amor antes que castigo.


Hoy, este mismo Dios sigue hablándonos a través de su Palabra, de las predicaciones o de personas que pone en nuestro camino. ¿Estamos escuchando? ¿Estamos respondiendo a su voz, o la estamos ignorando como lo hizo Judá?


Detengámonos por un momento y examinemos nuestro corazón. ¿Hay áreas donde estamos resistiendo la voz de Dios? ¿Estamos dejando pasar las advertencias suaves que nos llegan con misericordia? No esperemos a que el Señor tenga que usar métodos más severos para llamar nuestra atención. Escuchemos y respondamos ahora mismo, ya que su misericordia aún está extendida.

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