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Una razón para gozarnos

  • 6 abr
  • 1 Min. de lectura


Versión en video: https://youtu.be/GJRANHWTx-M


Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos. (Lucas 10:20)


El Señor Jesús acababa de enviar a setenta discípulos a predicar el reino de Dios. Volvieron llenos de gozo, emocionados porque hasta los demonios se les sujetaban en su nombre. Pero Cristo, con ternura y sabiduría, dirigió su alegría hacia algo mucho más profundo: “Regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos”.


Hay muchos momentos en la vida cristiana que pueden llenarnos de gozo: una oración contestada, un milagro presenciado, una victoria espiritual. Sin embargo, todas esas cosas, aunque buenas y reales, son temporales. El Señor Jesús nos enseña a anclar nuestro gozo en lo eterno, a nuestra salvación.


Que nuestro nombre esté inscrito en el libro de la vida no es por mérito propio, sino por la gracia de Dios. Es el fruto del sacrificio de Cristo y del amor del Padre que nos llamó, así como de la obra del Espíritu Santo que nos hizo convictos de nuestros pecados. Saber que pertenecemos a Dios y que nuestro destino eterno está asegurado en Él (Jesucristo) debería llenarnos de una alegría constante, incluso en medio de las pruebas.


Hoy podemos estar enfrentando desafíos o quizás estemos disfrutando de una buena temporada. Sea cual sea nuestra situación, recordemos esta verdad: ¡Nuestro nombre está escrito en el libro de la vida! Si hemos confiado en Cristo, esa es nuestra mayor razón de gozo. No dejemos que las circunstancias nos roben esta alegría eterna.

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