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Ver al revés




Al oír esto Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. Id, pues, y aprended lo que significa: Misericordia quiero, y no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento. (Mateo 9.12–13 RVR60)


En la India, participé en reuniones cristianas con leprosos. La mayoría de los avances en el tratamiento de esta enfermedad surgieron del trabajo de médicos dedicados a la obra misionera, quienes estuvieron dispuestos a vivir entre estos pacientes y exponerse a los riesgos de contraer esta temida dolencia. Por eso, las iglesias crecen en la mayoría de las leproserías más importantes. En Myanmar, visité hogares para huérfanos de padres enfermos de SIDA, donde voluntarios cristianos intentan restituir el afecto que esta enfermedad les ha robado. Las reuniones más emocionantes las presencié en Chile y Perú, en las entrañas de una prisión federal. El reino de Dios ha echado raíces entre los pobres, los quebrantados, los oprimidos… lo rechazado de este mundo (1 Corintios 1.27-28).


Asumir seriamente la tarea que Dios nos ha asignado significa que debemos aprender a ver el mundo al revés, como lo hizo Jesús. En vez de buscar personas con recursos que puedan favorecernos, buscamos a quienes tienen poco. En lugar del fuerte, buscamos al débil; al enfermo en vez de al sano. Al pecador, en lugar de al espiritual. ¿No es así como Dios reconcilió al mundo consigo? «… Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos. […] no he venido a llamar a justos, sino a pecadores, al arrepentimiento» (Mateo 9.12-13).


Para obtener una nueva perspectiva, mira el mundo al revés, tal como lo hizo Cristo.


— PY

Nuestro Pan Diario


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